viernes. 26.04.2024
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Políticos gatopardistas: cambiar todo para que nada cambie

Políticos gatopardistas: cambiar todo para que nada cambie

Por motivos familiares hacía tiempo que no me asomaba a estas páginas. Inicio esta breve contribución con una frase de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, escritor italiano nacido en Palermo en diciembre de 1896, y fallecido en Roma el 23 de julio de 1957. Lampedusa fue un personaje taciturno y solitario, pero pasó el tiempo dedicado a la lectura y a la meditación.

Escribió una única novela, El Gatopardo, ambientada en la Unificación Italiana. Hoy recojo, de este magnífico prosista, lo que podría ser el gatopardismo, o más conocido el lampedusianismo, que ha pasado a ser, a definir, el cinismo de cómo los “regímenes democráticos” nos tratan a los ciudadanos.

Gran frase la que da título al artículo, aplicable al panorama político español que nos rodea. Hoy en todas las opciones, representadas a nivel autonómico y nacional, sus diputados son lampedusianos, quieren ser políticos, reformistas o revolucionarios, que ceden o reforman una parte de las estructuras para conservar el todo sin que nada cambie realmente.

A nadie le puede importar, pero los que me conocen saben que soy hombre de izquierdas, con una opción muy clara, últimamente tenía la esperanza de que habría remedio para el mal reinante en la sociedad española, consecuencia evidente del BIPARTIDISMO SANGRANTE.

Otra vez me he equivocado en la 'bondad' de mi pensamiento. No quiero centrarme con votos de los de siempre, pero aún MENOS con la decisión de mis correligionarios que ¿han caído en la trampa?, ¿para justificar 'unas NO NUEVAS ELECCIONES QUE DEBERÍAN HABERSE CONVOCADO'?

Muy simple, muy riguroso, la próxima vez mi candidato/a será aquel/la que tenga la valentía, el honor, la sinceridad, la humildad, el compromiso, la solidaridad y el convencimiento de que en la campaña electoral que toque, no prometa lo que no va a cumplir, sino que exponga algo tan natural como: “...ÉSTAS SON LAS COSAS QUE NO PODRÉ HACER NUNCA...”. Habría bajo mi humilde opinión de ciudadano de a pié, mayor sinceridad y ninguna hipocresía en esta actitud, que ¿jamás veremos ejecutar por un/a candidato/a?

Por eso, no creo en la política que se está ejecutando en nuestro país. Salvo honrosas excepciones, pero muy pocas, desgraciadamente tenemos políticos gatopardistas, que como astutos maestros de ajedrez saben siempre, qué pieza entregar para no perder la partida. De este modo, a todo reformista, a todo conciliador, a todo burgués bien intencionado podemos considerarlo un perverso lampedusiano. Un tipo casi peor que los peores reaccionarios, ya que se le puede considerar un taimado, un ladino, alguien que no va de frente, alguien que no quiere cambiar la sociedad por motivos revolucionarios sino que meramente acepta y propicia ciertos cambios para que todo quede como está.

Estamos viviendo una pantomima: CAMBIAR TODO PARA QUE TODO SIGA IGUAL. ¿Hasta cuándo? En fin, ¿es esto lo que lo que nos queda? ¡Me niego!

Sixto Romero Sánchez
Presidente-Academia Iberoamericana de La Rábida:
[email protected]
Profesor de la Universidad de Huelva: [email protected]

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