jueves. 25.04.2024
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Opinión

Cambios

Durante semanas, antes y después de las pasadas elecciones locales y autonómicas, hemos estado pendientes, casi en vilo diría yo, vaya por Dios, de los cambios que se intuían lógicos y necesarios en el seno del PP, mucho más urgentes visto el resultado cosechado por la derecha en esos comicios. Cada amanecer, los españoles saludábamos al nuevo día, esperando alborozados que llegaran pronto las decisiones del gran gurú pepero, de forma que todos y todas pudiéramos bailar de alegría para seguir por el camino de esplendor y resurgir económico por el que caminamos desde 2011. Hay que reconocer que todo este tiempo hemos estado con una zozobra continua, atacados de los nervios, porque es tanto lo que confiamos en Él, en sus sabias y acertadas decisiones, que no entendemos como la ciudadanía, ingrata e inculta ella, le había dado la espalda a nuestro gran líder, el “salvador de la Patria”, el hombre que vino a restituir nuestro honor, himnos incluidos, y que nos ha colocado no solo a la cabeza de Europa, sino también del mundo mundial. Y en esa estábamos, en vela, con mucho calor y en vela, repito, cuando se hizo la luz y habló. Y no digo yo que se abrieran las aguas, que no lo hicieron, o que se multiplicaran, de nuevo, los panes y los peces, que tampoco, pero sí ocurrió algo muy parecido a esos hechos bíblicos, que han devuelto la paz y el sosiego a nuestros espíritus inquietos. Cuando Él habló, todo cambió de color, eso sí mucho más oscuro que antes y sus palabras, llenas de certezas y hechos incuestionables, “vivimos mejor”, ja, “hay menos paro”,jaja, “España es respetada”, jajaja, aunque alquilemos bases donde explotan a nuestros conciudadanos, culminaron cuando con toda solemnidad anunció el nombre de los nuevos “profetas” que, en su nombre,  iban a traernos, otra vez más, y van…., más tiempos de dicha a nuestra querida piel de toro.  ¿Cómo no iba a dejar en su puesto a Cospedal, la pobre? Viene de perder la presidencia de Castilla La Mancha y encima le vamos a quitar el poder en el partido, aunque solo sea una simulación en diferido. Ahora, para fichaje estrella el de Arenas. Menos mal que le ha dejado pues todos creíamos, qué sabremos nosotros de estos líos, que le iba a dar un pequeño empujoncito y lo iba a devolver junto a Moreno Bonilla. Pero no, se impuso la cordura, su cordura, la de Él, nuestro líder certero y preciso en sus decisiones, y lo ha mantenido al frente de la política municipal que de eso entiende tela, y así le va al PP. Y como obviar a Moragas, su mano derecha, su alter ego, su “sin ti no vivo”. Este sí que sabe y si no que le pregunten a Thais Villa.  Cambios oportunos, con sentido y razonados que le darán un vuelco, sin duda, a la delicada situación que atraviesa el partido tras la debacle electoral, de cara a la próxima cita de noviembre donde se jugará, Rajoy, uy perdón, el gurú, Él,  y el PP, su futuro, esperemos a largo plazo. Y tanta tontería “pa qué” nos preguntamos algunos. ¿De verdad cree el Presidente, todavía, del Gobierno de España que quitar a unos para poner a otros, o dejar a los de siempre, puede solucionar la grave situación de nuestro país y de su partido? Váyase a su casa, Sr. Rajoy, descanse de su ardua labor en estos años y deje a este país en paz. Deje que los españoles nos pronunciemos en las urnas y que con su voto le manden al paro, aunque mucho me temo que ya se habrá buscado usted un retiro tranquilo y bien remunerado, por si acaso. Estamos hasta la coronilla de usted, perdone que se lo diga, pero es que si no lo hago, reviento. Váyase Sr. Rajoy, váyase.

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