viernes. 29.03.2024
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Opinión

La crisis, excusa y oportunidad

La crisis, excusa y oportunidad

Tan real es el dicho popular “no hay mal que por bien no venga” como su contrario aforismo “no hay bien que por mal no venga”. El primero lo ha puesto en práctica la derecha gobernante en lo que va de legislatura. El segundo debe ser utilizado por la izquierda como reinicio de transformación de nuestra sociedad hacia la libertad, la igualdad y la solidaridad, pero blindando lo conseguido paso a paso.

Efectivamente, el PP, que conocía la crisis, porque la denunciaba machaconamente durante su campaña electoral, ha logrado con magistral engaño maquiavélico el triple objetivo de su ilegítima legislatura:

1. Obtener la mayoría absoluta por su Programa A.

2. Aplicar la política neoliberal de su Programa B.

3. Culpar de este cambio de “estampitas” a la herencia socialista.

Este “inteligente” plan, aunque me cuesta calificar de “inteligente” la maldad, le salió “redondo”, porque el pueblo soberano, de natural bondad, lo premió democráticamente, al no advertir la despreciable y oculta maniobra política.

Así la derecha, con la EXCUSA del “mal” de la crisis económica, ha conseguido justificar su “bien”, al aplicar como exclusivamente “necesarias” las políticas de su ideario, neoliberal en las prioridades económicas y neodictatorial en las libertades políticas.

Efectivamente, en poco tiempo, el gobierno popular ha arruinado el Estado del Bienestar, ha destruido la clase media, ha esclavizado la clase trabajadora y ha expulsando de sus propias viviendas a miles de familias, condenándolas a la mendicidad. Simultáneamente, aumentaron sus riquezas los empresarios corruptores, los políticos corruptos y los bancos, saneados con capital público. Avanzó, por lo tanto, en los cuatro objetivos históricos de la derecha: concentrar la riqueza en la minoría, aumentar el número de pobres y su pobreza, desprestigiar la actividad política y crear el Estado Represor para mantener todo lo anterior, mediante su “ley mordaza”. El PP, por lo tanto, ha convertido el “mal” de la crisis en su “bien”, pero, consecuentemente, en el “peor mal” para la mayoría ciudadana.

Los socialistas europeos, aprovechando sus gobiernos de mayorías absolutas, crearon el Estado del Bienestar como adaptación social al sistema capitalista mediante una distribución más justa de la riqueza, pero, “dormidos en sus laureles”, lo creyeron irreversible y, en lugar de seguir transformando la sociedad, los cantos de sirena del “pensamiento único”, inventado por una hipócrita “derecha progresista”, los adormeció. Fue, una vez más, la derecha la que hizo de sirena para arrebatarles el poder.

La izquierda debe aprender la lección y perder su histórica ingenuidad. Está obligada a emprender ya, generosamente unida, la conquista del poder político, para liderar a la inmensa mayoría del pueblo que está ansioso de poder confiar en sus defensores naturales, sin divisiones entre ellos, sin impresentables luchas internas.

La misión prioritaria de la izquierda en estos momentos es utilizar el “mal” de la crisis económica como una OPORTUNIDAD para conseguir el “bien” de la reconquista y el blindaje definitivo del “Estado del Bienestar”.

Los líderes de los diversos partidos políticos de la izquierda darían, una vez más, un espectáculo vergonzoso y cometerían una trágica irresponsabilidad, si sus ambiciones personales hicieran imposible la unidad de acción frente a la derecha, único enemigo del mayoritario pueblo masacrado. Si esto ocurriera, la izquierda se convertiría en otro de sus verdugos.

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