sábado. 20.04.2024
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Opinión

Paro

La reducción del número de parados el pasado mes de marzo en 16.620 personas ha provocado una cascada de declaraciones de los populares, henchidos de satisfacción y muy orgullosos de las medidas adoptadas por el gobierno de su líder, Rajoy, que nos han llevado a estas cifras tan excelentes. Desde el primero al último de los militantes peperos, ya estamos fuera de la crisis y esta disminución del número de desempleados así lo atestigua. La reflexión serena y sensata no suele acompañar a los populares en sus predicciones y opiniones.

Olvidan intencionadamente algunas cifras que deberían haberse tenido en cuenta antes de lanzar a los cuatros vientos proclamas optimistas que esconden una realidad terrible. Los 4,7 millones de parados que aún siguen sin empleo en el INEM no estarán muy de acuerdo con estas afirmaciones triunfalistas, ni tampoco lo estarán los casi tres millones de personas que no tienen ninguna cobertura por desempleo y los 431.685 jóvenes, menores de 25 años, que siguen en el paro. ¿Por qué alardea el PP si con ellos en el gobierno tenemos 933.600 afiliados menos a la Seguridad Social y 373.500 parados más? ¿Por qué esas soflamas de mejoría económica si los salarios han caído un 7% y las prestaciones por desempleo se han reducido un 16% en el último año? ¿Por qué ese triunfalismo si el 40% de los trabajadores registrados en el INEM no tienen derecho a prestaciones por desempleo y de los nuevos contratos firmados el 90% son temporales, habiendo aumentando los que lo son a tiempo parcial? El árbol no deja a los dirigentes populares, y a sus voceros, ver el bosque y se enorgullecen, sacan pecho, al mismo tiempo que ocultan que el gobierno de Rajoy ha ocasionado el mayor déficit de la etapa democrática de los fondos de reserva de la Seguridad Social, los que nos aseguran las pensiones, superior a los 12.000 millones de euros. Ocultan también los populares las grandes diferencias entre el desempleo registrado en el INEM y los datos de la Encuesta de Población Activa, EPA, de cerca de un millón de personas, que eleva el número de parados reales hasta casi los seis millones. Resulta paradójico además que cuando se producen contrataciones y disminuye el paro en un mes, les falta tiempo al gobierno y a sus voceros para salir en bloque a destacar ese hecho, y cuando es al revés, casi todos los meses, achaquen todos los males a la herencia recibida. La Reforma Laboral de la ministra Báñez no ha detenido el avance del paro, todo lo contrario, ha provocado una disminución del consumo y que las condiciones de trabajo y los salarios hayan ido a peor.

Desde la entrada en vigor de esta Reforma el efecto real sobre el número de parados es el contrario al que nos aseguró el gobierno y lo lamentable es que ellos lo saben. Por tanto la euforia, las bravuconadas de mejoría en cuanto al paro, deberían guardarlas los dirigentes del PP en un cajón y este cerrarlo con llave. El paro es un auténtico drama para millones de ciudadanos de este país que vieron un día como el actual Presidente del Gobierno, en campaña electoral, se hizo una foto en la cola del INEM diciéndonos a todos que con él esas colas desaparecerían. No es que no hayan desaparecido estas colas, sino que han aumentado con él manejando los resortes del poder. Los tres millones de parados que no reciben nada cada mes asisten atónitos e indignados a este lamentable espectáculo de un gobierno que está dejando en el camino a millones de familias. Ahora, en estos días, ese mismo gobierno, ante una nueva cita electoral europea, nos viene, de nuevo, con los mismos cuentos de entonces: "bajarán los impuestos, mejorará la economía, se creará empleo..." La diferencia entre el antes, con Rajoy, que nos mintió, y el ahora, con un candidato inexistente, que nos volverá a mentir, está en el cartel. Antes la cara de Rajoy ocupaba los espacios electorales. Ahora lo ocupa la nada. Nada de candidato, nada de verdades, nada de nada.

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