jueves. 28.03.2024
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Opinión

Inversiones eficaces

El recuerdo de tantas inversiones descabelladas como se hicieron en España en los días de vino y rosas produce una sorda frustración, al tiempo que acuden a la mente posibles iniciativas que se podrían haber acometido con esas cantidades astronómicas de dinero, y que habrían sido mucho más rentables, sin duda.Así divagaba servidor hoy mismo durante su paseo por las marismas del Tendal, junto a la ría del Piedras. El suave sol de la mañana iluminaba la inmensa y solitaria llanura; a lo lejos se divisaba la cinta azul del agua, y el fuerte rumor del Atlántico, oculto tras la flecha, se imponía sobre el canto de los pájaros.

Estamos a mediados de enero, y el agradable solito me hacía pensar en tantas criaturas como estarán medio heladas en los países del norte, en Rusia, en Estados Unidos, Canadá… ¿Tanto costaría traer grupos de invitados a nuestros hoteles para que probasen las delicias de nuestros suaves inviernos? Esas sí que serían inversiones con sentido.

A un servidor, las ferias del turismo le parecen inventos para gastar papel y entretener a curiosos aburridos. Pero cuando alguien compruebe por sí mismo, y gratis, que pasear bajo el sol en una mañana de enero aquí es de lo más natural, puede que lo cuente en su país.

Me decía un amigo que a los turistas hay que ofrecerles divertimentos añadidos, y estoy de acuerdo. Pero primero habrá que traerlos. Las ofertas de tapeos, excursiones, tablaos y saraos varios surgirán enseguida, conforme vayan apareciendo, como los gurumelos después de las lluvias.

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