Con el puño cerrado

 La nueva secretaria general de UGT Andalucía ha pedido lealtad a la presidenta de la Junta nada más tomar las riendas del sindicato.

No entiendo. ¿Lealtad para qué? Qué tiene que ver la marcha del sindicato con lo que haga el Gobierno regional. Mal empieza su nueva tarea la 'compañera' cuando lo primero que se le ocurre es poner en duda la actitud de la socialista. Que yo sepa las centrales sindicales tienen un cometido muy específico en una democracia como la española y el Ejecutivo regional otro que no es más que gobernar para todos los andaluces. La lealtad y la transparencia en para con todos nosotros, nada de especial para el sindicato, por muy hermano que sea.

Bueno sería que se dejara de tanta retórica (anuncia que comienza una nueva etapa desde cero) y colaborara de forma efectiva con la justicia para esclarecer los 'chanchullos' del reciente pasado. Y a la vez, ya que empieza de cero, ocuparse de los millones de desempleados, algunos de ellos pertenecientes a su sindicato, a los que no hace ni caso. Un sindicato que debería agregar a lo de Unión General de Trabajadores, la palabra (y la esencia) Parados.

Y en los tiempos en que vivimos llama la atención el gesto final de la secretaria general, con el brazo levantado y el puño cerrado. Mejor sería que enseñara la palma de la mano para que pudiéramos comprobar que no queda nada dentro.